-¿Qué es lo que tienes en el ojo?
-Nada, por eso soy tuerto.
-¿Te lo arrancaron?
-Sí, por eso soy tuerto.
-Pero aquel tipo dijo que tu ojo brillaba…
-Soy tuerto.
-Brillaba con una luz azul, como un hechizo de algún tipo.
-Ya te he dicho que soy tuerto.
-Lo has dicho cuatro veces. Me he enterado.
-¡Eh, jefe! ¡Las tablas ya están hechas! ¿Qué título hay que ponerle a este?
-Espera un momento, ya vengo.
Igrin se cruzó de brazos y tiró del cuello de su capa, intentando taparse más de lo que ya estaba. Era imposible, de todos modos.
Dariel se fue al otro cuarto, donde los trabajadores preparaban la imprenta para hacer las distintas copias de su libro. El tuerto lo miró un segundo, con los dientes apretados. No quería haber vuelto pero, ¿qué otra cosa podía hacer? Lo perseguían.
Se dedicó a escuchar para pasar el rato.
-¿Qué título tendrá?
-Pues… Tiempo Perdido, creo…
-¿Cree? Rayos, cada vez es más irresponsable, jefe…
-Ya sabes que estas cosas no puedo llevarlas apuntadas. Si mis superiores se enteran, me matan.
-Ah… Bueno, está bien. ¿Tiempo perdido, pues?
-Sí. Con el pseudónimo de siempre.
-¿Lo qué?
-La firma. El nombre.
-Ah. Sí, sí. Lo siento, es que su amigo me distrae… me pone los tiempos… ¡los pelos! ¡Me pone los pelos de punta.
-Relájate.
-Sí, jefe.
Igrin rió. Debía recordar el título para leer esa novela en un futuro…
Golpearon la puerta. Toc, toc, toc. Igrin se puso en pie y Dariel acudió.
-Vete a la sala de máquinas.
-Y una mierda.
-Que te vayas.
-¿Y adónde?
-Tres calles más abajo y luego hacia el oeste.
-Eres un tramposo de mierda.
-No tienes ni idea. Largo.
Igrin se fue. Dariel abrió la puerta.
-Hestin, ¿qué haces aquí?
-Investigo.
-Ah, ¿también oíste lo del semibestia?
-En Ahkdur aún lo buscan, igual que en Kath, o, más bien, por todo Ryu. E incluso en Karime.
-La puta…
-Eso digo yo. Pero no he encontrado nada por aquí.
-¡Jefe, se escapa!
-¿Qué? –Dariel y el otro guardia se giraron hacia el chico más joven que se acercaba desde una callejuela.
-Lo he visto corriendo hacia la plaza de magos, va cubierto con una capa azul.
-¿Azul? Hijo de puta… ¡Cambió de color!
-Déjamelo a mí, Kern. –Dariel desenvainó su espada.- Y haz el favor de llevarle mis cosas a doña Erie, por si no me da tiempo hoy.
-Como quieras, pero no la cagues.
+++++++++++++++++++++++++++++++
Igrin siguió corriendo, asombrado por la resistencia y la rapidez de sus perseguidores. De todas las callejuelas circundantes salían más, como si fueran hormigas, eternos, inacabables… Y lo fácil que sería matarlos a todos…
-¡Quitaos de en medio! ¡Apartaos! ¡Es mío!
Encima, ahora los imbéciles se lo repartían. Qué ilusión.
-¡Detente! ¡Ven aquí si te atreves!
Y hacían alarde de sus tácticas militares… ¡Qué función!
-¡Ven aquí YA!
Igrin se detuvo. Dariel estaba al otro lado del callejón. Su público eran un montón de guardias con las alabardas dispuestas.
-Uno contra uno, y si pierdo, te acribillan –dictó el extranjero. Igrin gruñó.
-Te vas a arrepentir.
Cargaron el uno contra el otro. Dariel llevaba su espada, con hoja de tres filos, y la sostuvo contra la cimitarra que Igrin había obtenido de los bandidos. Ninguno cedía, pero no se esforzaban especialmente. Ambos sonrieron.
-Qué divertido.
-Y tanto.
Se separaron un paso, Dariel se agachó y, en un giro, rasgó el aire. Igrin saltó, y la hoja que lo acechaba subió tras él. Sus pies sangraron.
El semibestia reculó, calculando los pasos que lo separaban de la pared, pero su rival no se acercó, sino que se mantuvo en su sitio. Al fin, Igrin sacó su daga y la lanzó contra su oponente, pero Dariel lo esquivó y con un corte vertical rajó su vientre. Igrin gruñó.
-¿Te rindes?
-Y una mierda.
Dariel se lanzó con la espada por delante, una estocada. El tuerto esquivó el arma, pero el brazo del guardia aferró su camisa y lo alzó unos centímetros del aire. Igrin inspiró, y le clavó la rodilla en la entrepierna. El moreno se encogió de dolor, mientras una serie de patadas del recién liberado lo azotaban por doquier. Al final, Igrin recogió la espada que había quedado en el suelo y se la clavó en el muslo. Dariel gritó de dolor.
-Te van a matar…
-Que lo intenten. Yo te mataría a ti si tuviera tiempo.
Los soldados arremetieron. Igrin desclavó la espada y degolló con ella a los que más se aproximaron, antes de clavarla en el suelo y usarla como apoyo para saltar sobre el tejado, huyendo.
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So...

Bienvenidos a Everlasting Sight, ESight para los amigos, el sitio donde antes había artículos y EUS.
Creo que la última vez que puse algo en este hemosho rant space del que nos proveyó Wallace fue hace...dos años? Que es como decir HOLY SHIT! DOS AÑOS DEJANDO ESIGHT MORIR! FFFFFFUUUUUUUUUUUUUUUUU!!!!!!!!!!!
*supera el colapso*
¿Será porque nos "mudamos" a FB? Ahora hacemos genialidades allí... Como alburear un intercambio pokémon. Pero no es suficiente.
¿Cuáles son los planes para ESight? ¿Terminará algún día EUS? ¿Seguirán las Wallaventuras en la universidad? ¿Mital conseguirá hacer algún artículo? ¿Nos grabaremos en video bailando Caramell Dansen? ¿Por qué el pollo cruzó la carretera? ¿Qué es 42? ¿Encontraremos al tío de atrás? ¿Hablaremos vía Banana Phone? Todo esto y mucho más... quizá algún día lo sepamos. Mientras tanto, tengan paciencia y...
¡Eh! ¡Que os jodan! ¡Skull es el único ser bello y digno que visita mi blog!
Que os coma el cerebro un gnomo zombie a todos. ¡HUM!
MR
5 comentarios:
Erie, una espada de tres filos, sangrecita de Dariel... no está mal, no está nada mal. Ya se echaba de menos algo de acción. Muy bueno.
Concuerdo con Linkaín, este capítulo más movidito ha estado genial.
Concuerdo con Linkaín, la acción le ha venido muy bien al capítulo. Genial.
Concuerdo con Linkaín, la acción le ha venido muy bien al capítulo. Genial.
Vale, lo siento, acabo de darme cuenta de que no lo había leído ^^.
A parte, no hay mucho que decir: está genial, como todos, y mola porque nadie muere de forma violenta...
¿Erie? ¿La misma Erie de la otra historia, que a la vez se mexcla con no sé que más? Mitie, quieres marearme, ¿verdad? Te aseguro que con contarme algun videojuego bastaba, no tenías que currártelo tanto.
Bueno, pues eso, que sigas prontito, ahora que voy a tener algo de tiempo para leer (¡¡Acabé las matrices!!)
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