-Quítame el hechizo.
-No.
-Quítame el puto hechizo.
-No.
-¡Que me quites el jodido hechizo de mierda!
-Que no.
-¡Quítamelo de una puta vez, cabrón!
-Jura que no vas a volver a pegarme y te lo quito.
-¡Juro no volver a pegarte!
Alempheius no deshizo el hechizo. Igrin gruñó.
-¿De qué vas?
-¿De qué vas tú? –el hechicero se puso en pie. Tenía un pañuelo taponándole los agujeros de la nariz y su voz sonaba gangosa.- ¿Se puede saber por qué me pegaste? ¿Te falta materia en el cerebro, no? ¿O es que te lo secaron? ¿Tienes por costumbre ir pegándole al primero que te encuentras, así, porque sí, aunque te haya ayudado en algo?
-....Más o menos.
-Joder, y yo que estaba siendo sarcástico…
-A la mierda, te pegué y punto, pero ya juré no volver a hacerlo. –Igrin inspiró profundamente.- Ahora, ¿puedes quitarme el hechizo de atadura de una vez? Me duele.
-¿Huh?
El hechicero se acercó al semibestia y comenzó a examinarlo, pensativo. Igrin tenía unas ganas enormes de estamparle la cara contra alguna de las rocas cercanas, pero no podía hacerlo; estaba inmovilizado.
-Es verdad –dictaminó finalmente.- Pero… ¿Por qué? Quiero decir, no conozco a nadie a quien le haga daño este tipo de magia, y tú…
-Si no fueras una mierda de aprendiz entenderías bien porqué, sin necesidad de rituales ni porquerías de esas.
-“Porquerías” es una palabra mucho más delicada que “mierdas”. Me sorprende que la uses.
-¿Tú eres imbécil?
-Etimológicamente, y desde un punto de vista ético… Sí, quizás.
-Y en el vulgar también.
Ambos guardaron silencio, hasta que finalmente Alempheius se puso en pie.
-¿Sabes qué? –le dijo a Igrin.- Me largo. Me iré, te librarás del hechizo cuando esté lo bastante lejos, y así no tendremos problemas.
-No… No. –El semibestia lo miró con su único ojo de forma seria. Una ligera luz azul asomó por debajo del parche.- Échame una mano, Alem.
-¿Por qué…? Espera, ¿cómo me has llamado?
-Alem.
-¿Cómo sabes que me llaman así?
-Podría decir que es natural teniendo en cuenta el nombre raro que tienes, pero sería mentir. Alguien que te busca me habló de ti.
-Ah, ya. –Alem puso cara de fastidio.- ¿Y en qué quieres que te ayude?
-Yo no puedo ir a la ciudad, pero tengo dinero. ¿Podrías ir a comprar algo de ropa y comida para mí?
Alem se lo pensó solo un momento.
-Iré.
-Más te vale volver. Si te alejas mucho se deshará el hechizo, y con eso yo sabré que te has ido, y por lo tanto podré seguirte.
-¿Ah, sí? ¿Cómo?
-Soy un experto cazando humanos. ¿Quieres comprobarlo?
-No, creo que no. ¿Dónde tienes el dinero?
-En una bolsa junto a mis… cosas.
Alem revisó donde le indicaron y sacó una pequeña bolsa tintineante. Igrin lo observó.
-¿Pasa algo?
-No. Lárgate ya y no tardes en volver.
-Sí, sí, no hay problema.
Alem se alejó. Igrin murmuró un “muérete” mientras lo veía marcharse y apretó los puños con fuerza.
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Un capítulo un poco insulso... En fin, es difícil tratar con Alem. Y a ver quién atrapa cierta pista para un futuro aún algo lejano...
2 comentarios:
¿Cierta pista? ¡Yo quiero saberlaaaaaaaaaa!
Mit es mala, ha puesto un capítuloi demasiado corto, así que como castigo mañana toca otro, ¿vale? n_n
Alem mola, aunque es raro. ¡Es el primero que regaña a Igrin por ser un malhablado! ¡¡¡wiiii!!! ¡por fin alguien se pone de mi parte en eso!
Y, bueno, que es demasiado corto ¬¬
Así que más te vale poner otro muuuuy prontito.
Besos.
Ahh... Aún quedan dos caps con este chico, así que...
Y ya sé que es corto, pero no dio para más. Y mañana no hay cap >< Este es un semanario dominguero! (auqnue la semana pasada no puse nada..)
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