Everlasting Sight

Escanció la jarra de cerveza y dejó algunas monedas en pago antes de irse. Sotka lo esperaba en la puerta con semblante serio, grave. Igrin bufó.

-Te he estado aguantando dos horas –escupió de mal humor.- ¿Vas a seguir molestando o tengo que partirte la cara?

-Contrólate –lo amonestó el sacerdote.- La ira, si no proviene de nuestro señor –hizo la señal reverencial- vana es. Y pecado es la soberbia.

-Sí, sí, ya, lo que diga Pharan. Pero, como ya intenté decirte con bonitas palabras, me importa una mierda tu dios.

-¡Blasfemia! –Sotka se puso casi tan rojo como su túnica.

-Ey, ey, no te enfades. ¿Quieres un cubo de agua fría?

-¡Herejía!

-En serio, no es para…

-Tu lengua está envenenada, y la ponzoña sale de tu alma, por tanto el fuego tendrá que purificarte. Mi dios me lo está diciendo…

Sotka alzó una mano al cielo. Igrin se encogió un poco, pero mantuvo los puños apretados.

-Creo en Pharan –se animó a decir.- Creo que tu poder no es magia ni una ilusión; sé que viene de Pharan.

Sotka volvió a bajar el brazo. Las nubes que habían comenzado a cubrir el cielo nocturno se disiparon.

-Simplemente, yo no venero a Pharan.

-¿A quién veneras? Si es a Narae tendré que tomar un pago por mi honor, mancillado por la burla y el desprecio de tu persona hacia mi dios.

-Ni a Narae, ni a Lebda, ni sigo a ninguno de elos, de los de arriba. Mi dios, mi diosa, mi madre y mi amante es la tierra.

Sotka rió, profiriendo una carcajada seca y corta.

-La tierra es vana, no tiene alma ni ningún poder. Sus adoradores son patéticos.

El puño de Igrin encontró sin problemas la nariz de Sotka.

-Lo siento –dijo con sarcasmo.- Tenía que remediar esa mancha en mi orgullo.

-Está bien. –Sotka se palpó la nariz, comprobando que no sangrara.- Es difícil tratar con alguien que no es capaz de reconocer un error y admitir que el poder y la verdad están en…

-Pharan en tu caso, Buoron en otro, Passer en el siguiente. –El tuerto echó un escupitajo al suelo.- Ese es vuestro problema: pensáis que la verdad es vuestra, el único método, el que vosotros seguís, y el poder absoluto, el del dios al que veneráis.

-Admito que los métodos no son únicos, que muchos los compartimos. –El clérigo comenzó a caminar.- Pero el poder y la verdad pertenecen al único dios que legítimamente nos gobierna…

-Issen. –Sotka se giró, sorprendido.- Ah, ¿estabas hablando de Azrun? Es que, ya te digo, si todos venís con los mismos cuentos es difícil diferenciarlos.

-¿Qué demonios…?

-Dicho vulgarmente: Es la misma mierda con diferente olor.

-¿Estás insinuando –la voz de Sotka sonaba tranquila- que lo que digo no es más que palabrería barata?

-No insinúo, yo afirmo. –Igrin lo miró retador con su único ojo.- Tus argumentos son falaces.

-¡Blasfemia!

-No he insultado a un dios que no sigo.

-¡Herejía!

-No he hecho nada prohibido por ninguna iglesia.

-Muy bien, criatura –el sacerdote parecía hiperventilar.- Esta vez has insultado mi orgullo, mi honor, mi fe, ¡e incluso a mi dios! Ciertamente no debí desperdiciar tiempo contigo hablando, sino que el fuego debió purificarte desde el principio.

-¿Ah, sí?

-¡Mañana en la plaza, a mediodía! –Comenzó el clérigo a pleno pulmón.- ¡Arreglaremos cuentas y veremos quién lleva razón o no!

Sotka se alejó dando grandes y furiosas zancadas.

Estúpido, pensó Igrin. Con tantos gritos la plaza se llenaría de mirones, seguro.

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Uno más y se acaba SoTomás (xD), pero se resiste... =(