-¿Eres kaleqiano?
-Ya te he dicho que soy de aquí.
-Pero ese color de pelo no es muy típico… a lo sumo de Ryu, pero no tienes acento…
-¿Y eso importa, de todos modos?
-Bueno… ¡Oye! ¡Las manos quietas!
-No entiendo por qué te haces la estrecha, si en el fondo eres tan puta como cualquiera.
-¿Pero qué te has creído? Primero me tocas porque se te pega la gana, luego me vacilas, ahora me insultas… ¡Y te atreves a meterte en mi casa sin que te inviten! ¡Lárgate, descarado! ¡Vete! ¡No quiero verte!
-Vamos, preciosa, seguro que podemos arreglarlo…
-¡Que te vayas te digo! ¡Llamaré a mi hermano para que te saque a golpes si no te vas ahora!
-No querrás hacer eso.
-¡Vete ya!
La mujer intentó empujar a Igrin fuera de la casa, pero el semibestia no tuvo problema para esquivarla e inmovilizar sus brazos. Tampoco dudó un segundo en intimidar a la mujer con su mirada y con un tirón brusco. Y funcionó.
-Yo no habría venido si tú no me hubieras invitado, yo no fui el primero en hablarle al otro, yo no fui el primero en ofender, yo no te pedí nada a ti. –La mujer temblaba, nerviosa y asustada.- Tu nombre.
-Ryava.
-¿Qué haces en ésta ciudad?
-Recados y lo que toque. Llevar cosas de un lugar a otro, regateo en el mercado para los que no puedan gastar mucho, consigo alojamiento para los viajeros…
-Dónde.
-Si la posada está llena, intento convencer a alguien de aquí de que los tenga unos días a un módico precio. En casos extremos, y si mi hermano está de acuerdo, se quedan aquí.
-Bien. Sigue.
-Eso es todo. También entrego mensajes o recojo información… a veces.
-Háblame de tu hermano.
-Vivo aquí con él. De hecho, la casa es suya. Es mayor que yo y hace lo mismo que yo. Ahora, de hecho, creo que lo contrataron para empacar el equipaje de unas viejas que vinieron la semana pasada a vender su basura.
Igrin sonrió. Él no podía saberlo pero, en su falso rostro, su sonrisa resultaba más atractiva que intimidatoria. Ryava se relajó visiblemente.
-¿Podrías soltarme ahora, por favor?
Igrin la soltó. La mujer se sacudió la falda.
-No vuelvas a bromear así… Me has puesto nerviosa de verdad, y con todos los rumores de monstruos que corren últimamente, que han entrado hasta las ciudades…
-Claro. Comprendo. –Igrin tuvo que contener la risa.- De todos modos me vas a compensar por haber sido tan cruel e injusta conmigo.
-¿Y eso? ¿Cómo?
-Vas a darme alojamiento.
-Bueno, es un poco tarde… No sé si lograré convencer a Lerin…
-No tienes que convencer a nadie. Solo vas a darme alojamiento.
-¡Pero así lo hago!
-No me has entendido. Me voy a quedar aquí, en tu casa, contigo y con tu hermano.
-Eso tengo que preguntárselo a él primero, y ahora no está…
-Entonces se lo dirás cuando vuelva. Y, si no lo convences tú, ya me encargaré de convencerlo yo.
Ryava tragó saliva. No era el aspecto, sino la actitud de ese hombre lo que resultaba intimidatorio.
-Por cierto… -Igrin cogió algunos mechones del cabello de ella.- Tú eres morena y de cabello rojo. ¿Y te extrañabas por mí?
-Pero es que mi color de pelo es falso…
-¿Cómo?
-Hay una chica que vende una especie de pociones que sirven para eso, para cambiar el color de pelo y cosas así. Es muy rara eso sí.
-Sin lugar a dudas.
-De todos modos tú sigues siendo más raro que yo. ¿Qué hay con tus ojos? ¿Quién los tiene de color rojo?
-Conocí hace un tiempo a alguien así…
-Los albinos no cuentan porque tú no eres albino.
-¿Y?
-¡Dímelo!
-No hay nada que decir. Será raro, pero es así.
-Será.
Ryava dio media vuelta para internarse en la casa. Igrin se quedó donde estaba.
-Voy a preparar la cena. ¿No quieres?
-Puede ser…
La risa cantarina de Ryava llegó hasta él.
-Lo que sí me gustaría –dijo, siguiéndola hacia el interior- es saber si dormiré contigo esta noche.
-Ni lo sueñes.
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1 comentarios:
Ains...con lo bien que iba, y tenía que estropearlo volviendo a las palabrotas.
Buh. Sigue siendo un *******...pero da igual. Ryava me cae bien, tiene unos cambios un tantao bruscos de personalidad...pero mola igualmente.
Pues nada, lo que te tenía que decir sobre el capítulo ya te lo dije y la verdad es que no soy capaz de recordarlo para repetírtelo, así que...¡cuelga prontoooooooo!
Besos.
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