Everlasting Sight

-¡Deja que me levante!

-¡No hasta que digas qué quieres saber!

-¡Pero si no quiero nada!

-¡Mentira! ¡Si no quisieras nada no habrías venido!

-¡Yo solo estaba de paso! ¡No tengo ganas de ver a los amiguitos de la puta de Mithrael!

-¡Hijo de puta! ¡Comoo vuelvas a insultar a mi her…! ¿Cómo la has llamado?

-Mithrael. ¿Así se llama, no?

Roalk y Yoiko guardaron silencio durante unos segundos, roto finalmente cuando la chica comenzó a reírse a carcajadas.

-¡No puedo creerlo! ¡Está usando ese nombre! –fue capaz de decir ella entre risas, sujetándose la barriga con las manos por la intensidad de estas.- ¡Mithrael!

-¡No tiene gracia! –Ladró el lobo.- ¡Cuando vea a esa chiquilla…!

-Pues ve y dile lo que tengas que decirle, gilipollas –cortó Igrin de mal talante.- Ahora, ¿podríais explicarme de qué coño se ríe ésta?

-Es que… es que… -Roalk intentaba hablar, pero las palabras no le salían entre tanta risa.- ¿Ves como Mit sí que te quiere, Yoiko?

-¡No es eso! ¡Se está burlando de mí!

-¡Es porque aprecia mucho a su hermanito, a pesar de todo!

-¡No tiene gracia!

-¡Sí la tiene!

-¡No la tiene!

-¡Sí la tiene, Yoiko!

-¡No la…!

-¡Ya basta! –Igrin se puso en pie casi sin darse cuenta, como acto reflejo.- ¡Deja de reírte de una puta vez, pedazo de mierda!

-Hijo de…

-¡Yoiko!

Menos de dos segundos después de que Igrin terminara su frase, antes de que Roalk pudiera siquiera reaccionar, el lobo se lanzó a por el tuerto, enganchando los dientes en su brazo a la vez que, con la mano libre, Igrin intentaba estrangularlo.

-¡Basta! –Roalk intentó separarlos, pero cada uno apretó con más fuerza ante sus intentos.- ¡¡He dicho BASTA!

Estiró las manos. Un zumbido, una luz, un chispazo. El ambiente se llenó de un olor a pelo quemado. El lobo se marchó corriendo.

-¡Yoiko! –Roalk lo llamó, pero el lobo ni siquiera giró la cabeza.- ¡Yo no quería…! ¡Es culpa tuya por no haberme hecho caso! ¡Mierda!

-¿Me vas a contar qué coño ha pasado ahora?

Igrin estaba intacto.

-Mierda. –Repitió la chica.- Encima de herir a Yoiko lo he activado…

-¿Te importa hablarme de una puta vez?

-¡Sí! Quiero decir, ¡no! ¡Espérate un rato!

-¡No me espero porque acabo de evitar un hechizo por primera vez en mi vida y no sé cómo mierdas lo he hecho!

-¡Pues es por Angren, por supuesto! ¿Es que no está claro?

-¡Pues no, por que yo no me sé todas las utilidades de la puta piedra

-¡Pues ya va siendo hora de que te las aprendas si vas a llevarla hasta ella!

-¡Eso pienso hacer!

-¡Pues muy bien!

Los dos se dejaron caer al suelo, sentándose con las piernas cruzadas y mirando cada uno en una dirección distinta, enfurruñados.

-Me tienes que contar lo de Mithrael primero -dijo Igrin al cabo de un tiempo.

-Es el nombre que Yoiko le quería poner a su hermana cuando eran pequeños, pero al final le puso Mital sin querer.

-No tienen mucho que ver una cosa con la otra.

-¿Y ahora, qué?

-Lo de la joya.

-Las joyas mágicas no solo dan magia, sino que también pueden absorberla. Así fue como te libraste de lo del árbol, aunque no te diste cuenta, y así es como evitaste el rayo.

-Ojalá lo hubiese sabido un poco antes…

-¿Y ahora?

-Háblame sobre mi muerte.

Volvió a reinar el silencio. Roalk se dio la vuelta para ver que Igrin la miraba.

-¿Seguro que no quieres quedarte para eso? Son muchas cosas.

El semibestia se encogió de hombros.