Everlasting Sight

Apacible era la única palabra que podría describir con exactitud el rumor de las aguas al correr por el riachuelo. Apacible para todos, sí, pero no para Igrin.

-Vuelve a tirarme al agua y te parto el puto hocico, hijo de perra –maldijo el semibestia.

-A diferencia de la tuya, mi madre era una mujer muy decente.

-Yo no tengo ni zorra idea sobre esa vieja, así que le pueden dar por el culo si sigue viva. Pero la tuya parece que tuvo que morir para librarse de un bastardo como tú.

-Lo siento, ¿podrías dejar de intentar acharcarme tu vida, engendro?

-¿Tú me llamas engendro a mí, basura de perro?

-Sí, maldita bestia, porque al menos cuando a mí me hicieron, me hicieron bien. Parece que esa puta vieja me tiene más aprecio a mí que a ti, porque semejante chapuza no parece propia de…

-¡Hijo de puta!

-¡Quietos!

Roalk consiguió detener con un hechizo a Yoiko antes de que saltara listo para despedazar a Igrin con los dientes, mientras que este, con las manos transformadas, fue detenido por un golpe seco que la chica le dio con el dorso de la mano, haciéndolo caer al suelo y boqueando para conseguir un poco de aire.

-¿Qué… coño… has hecho? –Igrin se llevó las manos al pecho, intentando controlar su respiración, a pesar de que no era allí donde Roalk había golpeado.

-Ya que no se puede usar magia contigo y tenía que detenerte, lo mejor era golpeando uno de tus puntos vitales.

-¿Qué?

-Los puntos vitales que están repartidos por todo el cuerpo sirven para regular el equilibrio energético de cada uno, en todas las áreas: física, espiritual y mágica. Si golpeas de forma adecuada, puedes reducir a tu oponente en segundos sin tener que herirlo innecesariamente.

-Mariconadas.

-¡Oye!

-Si tienes que deshacerte de alguien lo más práctico y rápido es cargándotelo. Así no hay forma de que vuelvan a molestar. –El semibestia se puso en pie, lentamente y con cuidado.- ¿Ves? Incluso yo, dentro de un rato, estaré listo para romperle el cuello al perro ese con aires de grandeza que tienes como mascota.

-Ni es un perro ni es una mascota, ¿estamos? Y déjalo en paz o entonces sí que me enfadaré.

-Uy, sí, qué miedo. La niña santurrona se enfada. ¿Y?

-¡Agh! ¡Me estás poniendo enferma!

-¡Pues enférmate y muérete!

-¡Hijo de puta!

-¡Quieto, Yoiko!

Roalk volvió a inmovilizar al lobo con magia, pero esta vez estaba claramente más furioso que antes. La chica entendió en seguida el motivo.

-¡Lárgate, escoria! ¡Estabas mejor muerto, donde no molestabas a nadie ni causabas problemas!

-¡Yoiko!

-¡Y tú también estarías mejor muerto! ¿O crees que no lo sé? ¡Si estuvieras vivo de verdad no te limitarías a usar el cuerpo de la bestia, y mucho menos habiendo nacido humano! ¡Tú eres un monstruo artificial, un maldito! ¡Yo al menos soy un renacido, y con un propósito!

-¿Y crees que no lo sé? ¡Yo al menos acepto mi realidad! ¡Yo sé que debería estar muerto, pero no puedo! ¡Por esa maldita vieja no estoy muerto! ¡Por esa maldita bruja ya no puedo morir! ¡Y mi hermana va a tener que hacerlo!

Se hizo el silencio, roto finalmente por Roalk cuando hizo un comentario para cerrar la discusión.

-Es estúpido hablar de muertos, y si queréis seguir con esa conversación hacedlo, aunque os volveréis más estúpidos aún, pero no me metáis a mí.

Luego levantó el hechizo de Yoiko, se dio media vuelta y se alejó.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Agradable solía ser la luz del atardecer para todos, pero no ese día.

Yoiko estaba echado junto a un árbol, a la sombra de este, disfrutando la ligera subida de las temperaturas que anunciaba el principio de la primavera. Roalk hacía dibujos en el suelo con los dedos y, de cuando en cuando, revisaba que todo siguiera en orden a su alrededor. Igrin permanecía de pie, sin apoyarse en nada, y en un estado tenso, como si esperase que algo le atacara para reaccionar y responder.

Las miradas del lobo y la chica sobre él lo incitaron, finalmente, a sentarse, pero conservando esa tensión en todos sus músculos.

-¿Y por qué decías que te quieres morir? –Preguntó finalmente. Roalk suspiró al oírlo.

-Hace mucho, luchando como humano, estuve a punto de morir. Me salvaron –Yoiko hizo un gesto hacia la morena, e Igrin asintió con la cabeza-, pero tengo mis teorías al respecto. Además… Las únicas dos cosas que hacían que me alegrara de estar vivo ahora están lejos de mi alcance.

-Eres un patético perro sentimental.

-Y tú un odioso mocoso sádico.

-Incluso habiendo pasado años muerto sé que soy mayor que tú, chucho.

-Pero no tu bestia.

-¿A qué te refieres?

Roalk le dirigió una mirada al lobo, interrogativa. Él apartó la suya.

-Se nota fácilmente en tu aspecto y en tu carácter que lo que domina en ti no es tu parte humana, sino la bestia con la que te fusionaron. A partir de ahí, y del hecho de que no uses tu parte de bestia para moverte, se puede ver claramente que el motivo es que es incómoda la transformación de un modo u otro. Y eso solo se da con cachorros.

-¿Y tú qué sabes? –Igrin se arrepintió inmediatamente de la pregunta.

-Yo era un mocoso de once años, casi doce, cuando me convertí en un semibestia. Recuerdo lo que se siente.

Se hizo el silencio otra vez. La oscuridad avanzaba a su alrededor.

Igrin se dio media vuelta y subió de un salto a las ramas del árbol que estaba a su espalda. Yoiko y Roalk solo miraron.

-¿Qué pasa?

-Voy a prepararme para dormir.

-Pues que descanses.

El lobo y la chica quedaron solos y se acercaron el uno a la otra. Ella en seguida comenzó a escribir algo en el suelo. Él lo leyó en silencio.

-Lo intentaré, pero… Si vuelve a decirte algo, juro que lo remato.

-No digas más estupideces, ¿sí?

-Está bien, está bien.

********************************************

¡Feliz cumpleaños, Igrin! Ya que hoy EUS cumple, como dijo Wally en la entrada anterior, un año. ¿Esperáis algún regalo de celebración? Pues... bien, aquí está.