Tenía una bolsa con comida, una manta, algunos enseres y ropa de abrigo. También tenía dinero. No tenía, en cambio, ningún mapa ni ninguna idea de por dónde debía ir. No se lo querían decir.

-No entiendo por qué.

-Ni tienes que entenderlo. –Mithrael permanecía de brazos cruzados.

-Todo llegará, no te preocupes -concilió Erie.- De todos modos, ya hay alguien que te ayudará parte del camino, por si acaso.

-Demasiada previsión. Resulta aburrido, quita emoción al asunto.

-“El asunto” no tiene por qué ser emocionante.

-Por favor…

-Vale.

Erie suspiró y se apartó un mechón de cabello de la cara, Mithrael se masajeó el puente de la nariz e Igrin carraspeó.

-¿Algo más? –Preguntó el chico al fin.- ¿Otra cosa que deba saber o hacer?

-Ve por los bosques –respondió la peliazul.- No sé cuánto tardes, pero… encontrarás a alguien. Lo que no te he dicho yo lo hará ella.

-Ah, bien –Igrin sonrió.- Es una buena oferta. ¿Forma de reconocer a esa “ella”? ¿Un nombre, quizá?

-Está con mi hermano, y él te reconocerá de inmediato en cuanto estés un poquito cerca.

-¿Tienes un hermano?

-Sí. ¿Algún problema?

-No, nada. Me largo.

-Espero que te vaya bien.

-Espero que no llegues.

Igrin dio media vuelta y se marchó sin responder.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Es...............es................ ¡¡¡¡¡¡¡cortoooooooooooooooo!!!!!

Mitie, ¿como se te ocurre hacer un capitulo tan sumamente corto? No sé, digo yo que un poquito más de algo no perjudica a nadie. No, claro, "adiós y gracias" ¡y ni siquiera dice "gracias"!

Buh. El próximo, doble. ¿Vale? ^^

Bueno, lo POCO que has escrito, ya sabes, igual que siempre.

Sigue prontoooooo...