11.10.09

44

-¿Qué vas a hacer ahora?

-Seguir mi camino.

-Ya veo...

-¿Qué?

-Nada. Espero... Espero que todo te vaya bien.

-¿En serio?

-¿Por qué te extraña?

-...Eres la primera persona que me dice algo así.

-¿No debería?

-Es cosa tuya lo que dices o dejas de decir.

-Ciertamente. Y te doy las gracias, así que con más razón lo digo.

-¿Gracias?

-¿También es la primera vez?

-No estoy seguro...

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Habían tenido que esperar el día entero. Desde la salida hasta la puesta del sol. Igrin lo había decidido.

-¿¡Por qué!? –Había gritado Alina, indignada, mientras se preparaban.

-Porque un castigo igual no le vendrá mal, y eso hará más fácil las cosas.

-Pero... El cepo...

-Es el mal menor. Ahora cállate y céntrate en lo que importa.

Alina había obedecido. De hecho, parecía dispuesta a obedecer en todo a Igrin desde que éste se ofreciera a ayudarla a salvar a Yghart. Su cambio de actitud era, cuanto menos, sorprendente.

Segunda sorpresa en dos días. Una y una.

-Ten –le había dicho Igrin antes de que salieran.

-¿Y esto?

-¿Eres ciega?

-Sí, es una daga, eso ya lo sé. Pero, ¿por qué me la das?

-Para el peor de los casos. Métela bajo la falda, entre las tetas, en las mangas del vestido... no sé, tú verás. Pero llévala.

-Está bien.

Y así habían partido.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-¡Es horr...!

Una mano en la boca.

-Shh... No llames la atención. Limítate a mirar.

-¡Hmph!

-Sé buena. ¿No ves cómo Yghart nos ignora?

-Hmm...

-¿Vas a estarte calladita?

-Hmh.

-Bien.

Libertad.

Alina respiró y miró a Yghart. Luego apartó la vista y miró el suelo. Luego alzó los ojos mientras contaba hasta la centena para no comenzar a despotricar.

Los días de mercado, en comparación, la plaza estaba limpia, ordenada y vacía. Ah, y perfumada. Desearon que algunas de las cosas por allí tiradas entrasen en la clasificación de “comida podrida de tenderete”. Al menos, con la caída del sol, la gente iba desapareciendo por las diversas calles.

-No puedo más, Igrin...

-Cuando sólo queden los guardias, Arti.

-¿Arti?

-Alina. Quería decir Alina.

-Ah.

-Bien.

Esperaron. Yghart sólo podía estar arrodillado, y su largo cabello, que cubría su rostro como una lona, se veía pegajoso y sucio por la cantidad de escupitajos y otras sustancias de las que había cubierto al eunuco. Su imagen era patética.

Oscurecía más lentamente de lo que Alina hubiera querido. La gente se iba más aprisa de lo que Igrin había calculado.

Algunos niños jugaban con los restos de basura del suelo.

-¿Recuerdas el plan?

-Sí.

-Buena chica.

-Deséame suerte.

-Bah.

Alina se acercó a los guardias.

Sus rodillas no la sostuvieron. Cayó ante ellos.

-Por favor, señores... –Imploraba.- Por favor, perdonen a mi amigo.

-¿Tu amigo?

-¿Eres tú la puta que estaba con él?

-¡No! Todo es un terrible malentendido que, si me...

-No hay nada que escuchar, basura. Ahora lárgate si no quieres compartir su destino o ir a otro peor.

Sé sincera con ellos, le había dicho Igrin. Diles lo que sientes, lo que estás dispuesta a hacer por salvar a Yghart. Ese era el plan.

Estaba dispuesta a seguir hasta el final.

-¿Y si tomara yo su lugar?

-No.

-¿Y si hiciera yo cualquier cosa para pagar su precio?

-¿Tú? –El guardia que tenía delante la miró.- Me pregunto si vales lo suficiente.

-Puedo intentarlo, y si no...

-Si no, le cortamos las manos igual, y os jodéis los dos.

Los guardias comenzaron a reír descontroladamente. Alina se levantó como pudo, lágrimas recorriendo su cara. El metal brilló en su mano.

Clack.

Igrin abrió el candado.

Yghart era libre.

-¡El prisionero se escapa!

-¡Ni se os ocurra!

-¡Alina, nos vamos!

Alina atacó al guardia armado. El hombre se defendió.

Acero opaco al atardecer.

La plaza, alfombrada con basura, olía a podredumbre.

-Yghart...

Igrin gritó su nombre.

-¡ALINA! –Oyó decir a Yghart.

No lo entendía, pero estaba furioso. Antes de darse cuenta tenía debajo el cuerpo del otro guardia, y no podía dejar de golpearlo, desesperadamente, frenéticamente. Ni siquiera sabía qué sangraba, si sus manos o la cara del hombre, o si las astillas de huesos eran suyas o del otro. No sabía nada. Sólo golpeaba.

-¡FUERA, IGRIN! –rugió Yghart.

Rugió.

Igrin corrió hasta Alina, su cuerpo inerte. La quitó de en medio.

Una violenta llamarada quemó un tramo de la plaza, y los cuerpos de los guardias con él. Sombras pintadas en el suelo con forma de hombres.

-Alina...

Yghart se acercó a Igrin, A Alina, y abrazó a la chica. Aún estaba consciente, aún sostenía la daga de Igrin. Pero sus intestinos asomaban por su vientre cortado.

-Tenéis que iros, Yghart... Tenéis que iros.

Soltó la daga.

-Alina...

Yghart hundió la cabeza en el cabello de ella. Igrin recogió su daga.

-Sabes que tiene razón.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-Nunca hubiera pensado que fueras un dragón. Aunque, la verdad, ahora tiene más sentido.

-No estudié en escuelas de magia. Sé lo que aprendí en casa.

-Entiendo. ¿Y ella?

-Conocida de su infancia. Su hermano mayor y yo fuimos amigos, cuando ella no había ni nacido. El resto...

-Así que por eso un castigo tan severo. Los dragones siempre tenéis que estar hechos y derechos.

-Algo así. Pero ella siempre se sintió culpable.

-La amabas.

-La amaba.

Silencio.

-Pero ella no me amaba a mí. No podía.

-¿Te quería como a un hermano?

-Soy un hombre, y ella me quería como quería a cualquier hombre.

-¿Prefería...?

-Sí.

-Vaya, qué duro. ¿Y dónde la dejarás?

-No lo sé. No pienso ahora en ello.

-Supongo; es normal.

Otra vez silencio. La noche reinaba.

-Así que, Igrin...

-¿Sí?

-¿Qué vas a hacer ahora?

-Seguir mi camino.

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Próximamente: Interludio III -45 a-. Último interludio antes de la cuarta temporada y... el final.

2 comentarios:

Mary dijo...

Vale, creo que voy a tener que rellerme la historia entera porque ahora mismo tengo un pequeño cacao monumental sobre dónde y con quién está Igrin. ¿Alina muere? Pero...pero...¡¿por qué matas a toda la gente maja?! T.T Lo haces adrede sólo por tocar la moral a tus fieles lectores, lo sé, eres una escritora retorcida T.T

Y no vas a conseguir que Igrin me caiga bien, no señora, aunque tengo que reconocer que un poco ha mejorado desde sus orígenes. Claro que cuando quiere sigue siendo igual de bestia así que tampoco estoy yo muy segura de si debería alegrarme. ¡¡Que reaparezca Yoiko y le dé su merecido!! (Sí, quiero que lo muerda otra vez, si te comprometes a que lo muerda yo...eh...mm...Yoiko será feliz y competirá con Mialc a ver quien hace la escuelita más grande)

<.<

>.>

(¿Eso sirve?)

Y, eh...desvaríos a parte...¡¡sigue pronto!! ¡Y aprende a poner con quién habla cada vez en consideración a tus fans despistados de memoria de pez!

Phoenix dijo...

La primera parte es adorable... es extraño ver a Igrin tan confuso. Claro, teniendo en cuenta que es la primera vez que nadie lo persigue como a un monstruo, con antorchas, horcas y mala leche... es normal qeu el pobrecillo esté confuso... nya!! n.n

Después... ¡¡le da un arma!! ¡Que caballero, es una monada! jeje

LoL la referencia a Arti, aunque ya la conocía, sigue siendo un punto buenísimo. Aunque no cuadra mucho con el capítulo, es un toque bastante entrañable.

Dioos, la escena de Alina es conmovedora... ó.ò

"Acero opaco al atardecer."

Adoro este frase. Es tan poética. Tan expresiva... es genial, tía, de verdad... Y lo mismo podría decir de la escena que sigue. Es épica, de verdad. Me emociona profundamente.

Y la escena de su muerte... es tan boniita, y tan triiste... TT Será que tengo el día tonto, pero... nya! Y no deja de ser maravilloso la imagen de los intestinos saliendo por el estómago de Alina. Un contraste grotesco, esperpéntico (lo sé, lo sé, abuso mucho, pero es que adoro la palabra, n.n), que hace quizás aún más terrible y emotiva la escena.

Y el final, tan irónico, tan crudo... tan bonito, al fin y al cabo. Me encanta el final. Lo adoro. Una estructura circular maravillosa.

Me quedo con las últimas palabras...

"-¿Qué vas a hacer ahora?

-Seguir mi camino."

Y algo a resaltar, es que es verdaderamente tierno ver a Igrin tan... humano, en el capítulo. No son realmente sus palabras, ni sus actos, sino... simplemente, me da esa impresion. Es entrañable y conmovedor... Nya!

Un final precioso para la tercera temporada, TT.